Es el 5 de Julio de 2006 a las 14 hrs y en lo único que puedo pensar es en el gordo apestoso que tengo por cliente habitué que contamina con su hedor el aire que respiro. Dios mío, que alguien me explique: ¿cómo puede alguien que gasta 10 mangos al día en cyber, y viste ropa cara y de marca, tener el olor corporal de un cadáver en estado de descomposición desde hace varios días? Supongo que tendrá algo que ver con el hecho de que no vaya a la escuela ni haga nada productivo y, bueno, gaste gran parte de su caudal en darme de comer a mí.
Es usual verme con cara de culo durante el trabajo. Antes era una fija; ahora, tras numerosos reproches marketineros de parte de mi familia, intento sonreir un poco y ser más amable. Pero nunca me agradó la idea de ser parte de este genocidio mental que ataca a la juventud. Luego pienso que no es toda la juventud sino su parte peor la que viene a mi cyber y me tranquilizo.
Hace poco cumplí 23 años. El 25 de Junio para ser exacto. Afortunadamente llovió todo ese fin de semana y las buenas gentes tuvieron excusa legítima para no pasar a saludarme. Tanto mejor.
Estoy de buen humor desde entonces, y tengo razón de sobra para estarlo durante todo un año: 23 es un número muy apreciado por los Discordianos, siendo que 2+3=5, y, como todos saben, 5 es el número más sagrado para los seguidores de esta religión.
Un año de dulces victorias acaba de comenzar para quien escribe. Tanto así que la primera decisión que tomé fue enamorarme de Tira, del Soul Calibur 3.
Tira tiene todo lo que un hombre necesita: es joven, hermosa, semidesnuda, pechugona y corta a sus oponentes con un disco afilado. No tiene combos buenos pero qué mierda, yo le doy igual. No se a qué viene todo esto.
Se acabó la fantasía mundialera. En cuestión de segundos, y casi sin pedir permiso, el pueblo argentino (y con esto me refiero a Capital y Buenos Aires) volvió a sumergirse en esa alegre melancolía loser que lo caracteriza. El mundial fue un oasis en nuestro desierto tibio y mediocre de emociones descontroladas y sueños prefabricados. ¡Como estoy con las metáforas!
No soy futbolero, como podrá anticipar el lector perspicaz. Durante el mundial me pasó lo que a la mayoría de los ciudadanos de clase media: comencé a ver los partidos de la selección y opinar como si supiera. Incluso hasta sentí un poco de pena cuando empató con Alemania y perdió en los penales. O más que pena, impotencia. Esa sensación de vérsela venir, de tener la certeza de que algo va a salir mal, de que los contrarios corren más rápido, de que a la primera cagada que se manden los nuestros, perdemos. Lo usual, supongo. Así habrá sido siempre para el pecho frío.
Lo bueno de la derrota es que uno siempre puede mofarse de ella.
El sábado tuve ocasión de estrenar mi remera negra con la leyenda “SIAMO FUORI” que había comprado un año atrás.
Es más o menos divertido lo que me pasó con esa remera. La vi cuando recién empezaba la infame moda y me dije a mí mismo “hey Cruel Angel (porque en mis pensamientos siempre me refiero a mí mismo por mi nick o por mi apellido), mirá esta remera. Tiene todo el contenido loser. ¿Quién se ríe de su propia desgracia? El loco o el inteligente, y vos podés ser lo uno o lo otro. Además, Siamo Fuori es una expresión medio oscura; se usó hace 15 años y hoy son pocos los que la conocen. Te garantizo que si usás esta remera vas a ser único”.
Ahora, cuando yendo por la calle pierdo el rumbo y todos mis instintos e intuición me dicen que gire a la derecha, suelo doblar a la izquierda. Nunca falla.
El caso es que compré la remera y horas más tarde retrocedí horrorizado al enterarme que TODOS los boludos usaban ese tipo de prendas, y no por innovación civil, sino porque lo vieron en la TV.
Afortunadamente la frustración se diluyó el sábado pasado y los días que le siguieron. Como es muy poca la gente que me presta atención en mi vida diaria, casi nadie supo apreciar la ironía de mi remerita, pero al menos me fui a dormir con la conciencia tranquila.
Updetear es una molestia (sobre todo cuando lo único que hacés en tu día es leer, ver porno y jugar Soul Calibur 3… Ahh Tira…). Escribir es siempre agradable. Publicar es otro tema. Uno tiene la idea de que su creación debe cumplir con ciertas expectativas, o al menos obedecer determinados parámetros, aún siendo reducido el público consumidor.
Bah, esa es la idea de alguien que trata de hacer las cosas bien. Los guionistas de Montecristo se cagan en lo que publican. Pobre Dumas.
A lo que iba es que si hace mucho que no subo nada en este blog es porque no estoy muy inspirado/motivado que digamos para elaborar un texto acorde al mismo.
Eso no implica que no me sienta inspirado/motivado para escribir otras cosas. Estoy preparando algunas cosas para LIA (que es el receptor de los updates “grandes”) de pronta publicación. También, empecé un fotolog temático donde subo updates cortitos y al pie. Una suma de factores lo volvió más propicio que mi blog para escribir humor.
Aquellos lectores que disfrutan quejándose de la prolongada ausencia de updates graciosos en este blog tal vez puedan pegarse una vuelta por www.fotolog.com/el_angel_cruel. Inmediatamente se darán cuenta cual es la temática del flog.
El blog quedará en estado latente. Estará sujeto a las publicaciones, modificaciones y periodicidad que mi humor dicte, con la única garantía de que jamás voy a borrar ni alterar nada de lo ya publicado. Realmente no me va eso de que “terminé una etapa de mi vida y lo mejor que puedo hacer es borrón y cuenta nueva, por eso borré todo y empiezo de cero y bla bla”. Mierda. Si se hizo es porque en ese momento se deseaba hacerlo. En ese momento fue real y legítimo, así que no jodamos y hagámonos responsables de nuestras acciones. La lavada de manos es cosa de adolescentes de mente turbia. Yo tendré la mente turbia, pero de ninguna manera soy adolescente, porque tengo 23 años, que representan el número sagrado porque 2+3=5. Así que ya saben. O no. Da igual. Ya que andamos con numerología, este update es el número cien.
Updeteo no porque realmente tenga muchas ganas de expresarme, sino porque me da pena saber que cada vez que aumenta el contador, una persona entró buscando algo y se fue con las manos vacías. Bueno, a esas personas les ofrezco —y con esto resumo básicamente todo el post— que lean mi flog si les apetece, o que sean pacientes.
Sin promesas de ningún tipo, simplemente hasta pronto.
Es usual verme con cara de culo durante el trabajo. Antes era una fija; ahora, tras numerosos reproches marketineros de parte de mi familia, intento sonreir un poco y ser más amable. Pero nunca me agradó la idea de ser parte de este genocidio mental que ataca a la juventud. Luego pienso que no es toda la juventud sino su parte peor la que viene a mi cyber y me tranquilizo.
Hace poco cumplí 23 años. El 25 de Junio para ser exacto. Afortunadamente llovió todo ese fin de semana y las buenas gentes tuvieron excusa legítima para no pasar a saludarme. Tanto mejor.
Estoy de buen humor desde entonces, y tengo razón de sobra para estarlo durante todo un año: 23 es un número muy apreciado por los Discordianos, siendo que 2+3=5, y, como todos saben, 5 es el número más sagrado para los seguidores de esta religión.
Un año de dulces victorias acaba de comenzar para quien escribe. Tanto así que la primera decisión que tomé fue enamorarme de Tira, del Soul Calibur 3.
Tira tiene todo lo que un hombre necesita: es joven, hermosa, semidesnuda, pechugona y corta a sus oponentes con un disco afilado. No tiene combos buenos pero qué mierda, yo le doy igual. No se a qué viene todo esto.
Se acabó la fantasía mundialera. En cuestión de segundos, y casi sin pedir permiso, el pueblo argentino (y con esto me refiero a Capital y Buenos Aires) volvió a sumergirse en esa alegre melancolía loser que lo caracteriza. El mundial fue un oasis en nuestro desierto tibio y mediocre de emociones descontroladas y sueños prefabricados. ¡Como estoy con las metáforas!
No soy futbolero, como podrá anticipar el lector perspicaz. Durante el mundial me pasó lo que a la mayoría de los ciudadanos de clase media: comencé a ver los partidos de la selección y opinar como si supiera. Incluso hasta sentí un poco de pena cuando empató con Alemania y perdió en los penales. O más que pena, impotencia. Esa sensación de vérsela venir, de tener la certeza de que algo va a salir mal, de que los contrarios corren más rápido, de que a la primera cagada que se manden los nuestros, perdemos. Lo usual, supongo. Así habrá sido siempre para el pecho frío.
Lo bueno de la derrota es que uno siempre puede mofarse de ella.
El sábado tuve ocasión de estrenar mi remera negra con la leyenda “SIAMO FUORI” que había comprado un año atrás.
Es más o menos divertido lo que me pasó con esa remera. La vi cuando recién empezaba la infame moda y me dije a mí mismo “hey Cruel Angel (porque en mis pensamientos siempre me refiero a mí mismo por mi nick o por mi apellido), mirá esta remera. Tiene todo el contenido loser. ¿Quién se ríe de su propia desgracia? El loco o el inteligente, y vos podés ser lo uno o lo otro. Además, Siamo Fuori es una expresión medio oscura; se usó hace 15 años y hoy son pocos los que la conocen. Te garantizo que si usás esta remera vas a ser único”.
Ahora, cuando yendo por la calle pierdo el rumbo y todos mis instintos e intuición me dicen que gire a la derecha, suelo doblar a la izquierda. Nunca falla.
El caso es que compré la remera y horas más tarde retrocedí horrorizado al enterarme que TODOS los boludos usaban ese tipo de prendas, y no por innovación civil, sino porque lo vieron en la TV.
Afortunadamente la frustración se diluyó el sábado pasado y los días que le siguieron. Como es muy poca la gente que me presta atención en mi vida diaria, casi nadie supo apreciar la ironía de mi remerita, pero al menos me fui a dormir con la conciencia tranquila.
Updetear es una molestia (sobre todo cuando lo único que hacés en tu día es leer, ver porno y jugar Soul Calibur 3… Ahh Tira…). Escribir es siempre agradable. Publicar es otro tema. Uno tiene la idea de que su creación debe cumplir con ciertas expectativas, o al menos obedecer determinados parámetros, aún siendo reducido el público consumidor.
Bah, esa es la idea de alguien que trata de hacer las cosas bien. Los guionistas de Montecristo se cagan en lo que publican. Pobre Dumas.
A lo que iba es que si hace mucho que no subo nada en este blog es porque no estoy muy inspirado/motivado que digamos para elaborar un texto acorde al mismo.
Eso no implica que no me sienta inspirado/motivado para escribir otras cosas. Estoy preparando algunas cosas para LIA (que es el receptor de los updates “grandes”) de pronta publicación. También, empecé un fotolog temático donde subo updates cortitos y al pie. Una suma de factores lo volvió más propicio que mi blog para escribir humor.
Aquellos lectores que disfrutan quejándose de la prolongada ausencia de updates graciosos en este blog tal vez puedan pegarse una vuelta por www.fotolog.com/el_angel_cruel. Inmediatamente se darán cuenta cual es la temática del flog.
El blog quedará en estado latente. Estará sujeto a las publicaciones, modificaciones y periodicidad que mi humor dicte, con la única garantía de que jamás voy a borrar ni alterar nada de lo ya publicado. Realmente no me va eso de que “terminé una etapa de mi vida y lo mejor que puedo hacer es borrón y cuenta nueva, por eso borré todo y empiezo de cero y bla bla”. Mierda. Si se hizo es porque en ese momento se deseaba hacerlo. En ese momento fue real y legítimo, así que no jodamos y hagámonos responsables de nuestras acciones. La lavada de manos es cosa de adolescentes de mente turbia. Yo tendré la mente turbia, pero de ninguna manera soy adolescente, porque tengo 23 años, que representan el número sagrado porque 2+3=5. Así que ya saben. O no. Da igual. Ya que andamos con numerología, este update es el número cien.
Updeteo no porque realmente tenga muchas ganas de expresarme, sino porque me da pena saber que cada vez que aumenta el contador, una persona entró buscando algo y se fue con las manos vacías. Bueno, a esas personas les ofrezco —y con esto resumo básicamente todo el post— que lean mi flog si les apetece, o que sean pacientes.
Sin promesas de ningún tipo, simplemente hasta pronto.
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