30 de abril de 2005

Crónicas de Elwyn

¡Saludos navegantes! Una semana exacta ha pasado desde mi último update y si hoy escribo es solo porque se cayó el Server de Lineage. Heme aquí de vuelta, trayendo una vez más bajo la luz de los reflectores al ídolo de todos los niños no-judíos, ¡Anaxágoras, el Hombre Santo!
Pero antes abro un breve paréntesis para incluir un material que el recientemente removido G me envió el otro día:

Mini MSN Super Fun Redux Deluxe Revisited:

Soy de Salta y me la banco! Sol, Mica, Belu las amo!!! dice:
HOLA
]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
Saludos mortal
Soy de Salta y me la banco! Sol, Mica, Belu las amo!!! dice:
COMO T LLAMAS????
]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
Primero que nada saca los dedos del enchufe porque pareciera que una extraña reaccion espasmodica cerebro-brazo anula la orden de “dejar de escribir en mayuscula y usar solo un signo de interrogación”
Soy de Salta y me la banco! Sol, Mica, Belu las amo!!! dice:
JEJEJ NU TE TEINDO NADA!!!
]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
Que me toque hablar con energumenos como vos de esa villa grande que es Salta es la prueba de que Dios me odia, y la distancia que nos separa es lo unico que me impide estrangularte con el cable del Mouse
]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
lo unico que me queda es salir a la calle a gritar “que eh ehcoh para merecer esto!”

No se pudo entregar el mensaje siguiente a todos los destinatarios:
lo unico que me queda es salir a la calle a gritar “que eh ehcoh para merecer esto!”

]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
Puta! A mi nadie me corta! Te voy a matar, me escuchaste?? Te voy a encontrar y destripar como a un salmón!!!1

No se pudo entregar el mensaje siguiente a todos los destinatarios:
Puta! A mi nadie me corta! Te voy a matar, me escuchaste?? Te voy a encontrar y destripar como a un salmón!!!1

]¦•¦[.HaÐe§.]¦•¦[ ''Desireless'' dice:
Puuuuuutaaaaaa!!!1111!shift+uno!! PUUUTTTAAAA111!!1

No se pudo entregar el mensaje siguiente a todos los destinatarios:
Puuuuuutaaaaaa!!!1111!shift+uno!! PUUUTTTAAAA111!!1


Jajaja. ¡Ay este G es un plato! Bueno, terminado el entremés de trasgresión humorística de mi ex camarada, pasemos al plato principal del update.

Quise escapar. Realmente traté, pero los deseos de conectarme eran cada vez más urgentes. Ya no importaba convertirme en aquello que tanto criticaba; tan solo deseaba seguir subiendo de nivel. ¡Volverme cada vez más fuerte! Todos los deseos de progreso que tendría que tener en mi vida de alguna manera los había proyectado hacia mi personaje de Lineage. Abandonando mi persona casi por completo me limité a hacer muchos clicks en monstruos, agarrar el power up y ganar el juego.
“Alas, poor me!” pensaba en voz alta. Yo pienso en inglés. También pienso en ingles, sin tilde, a algunas horas de la noche. El caso es que mi personaje crecía a ritmos desmesurados. En mi urge por querer tener el equipo más costoso comencé a pedir prestamos. De repente pase a deberle plata a mucha gente del juego y ahí se desató otro problema, de lo más curioso por cierto: ya no jugaba por diversión sino por obligación. Así es, lo que hacía era no muy diferente a “trabajo virtual”.
La que narro aquí es una historia de honor, coraje y trabajo forzado para pagar deudas de juego. La he llamado...

La gran aventura de Anaxágoras





La vida del hombre santo es larga y dura, y no haré chistes al respecto. El joven Clérigo había dado la vida por la Iglesia y ahora, tras tantos meses de fiel servicio, se encontraba arrinconado bajo acusaciones maliciosas sobre su ideología religiosa. También se lo acusaba por robo de escrituras sagradas, posesión ilegal de drogas y haber participado en la muerte del Papa. Todo se sumaba a las dos causas abiertas por estupro. Anaxágoras estaba hasta las bolas y todos los arzobispos le daban la espalda —literalmente, eran pasivos.
Su ambición desmedida le había ganado el odio del alto clero y su adicción a las muñequitas de cristal cortado lo había sumergido hasta el cuello en deudas.
Anaxágoras hizo lo que cualquier hombre de Fe hubiera hecho en su situación: robar reliquias valiosísimas y venderlas en el mercado negro. La cura fue peor que el veneno: lo descubrieron, excomulgaron y desterraron.
Solo y a la deriva en el mundo no le quedo otra que salir a recorrer los caminos más inhóspitos en busca de alguien a quien fastidiar.
En el tercer día de su periplo conoció a quien resultaría ser su más grande compañero de aventuras; el hechicero Job.


Perturbadoramente simétrico. El resultado de los alimentos transgénicos


Anaxágoras: …y la pendeja estaba espectacular. ¿Viste el último video de Shakira? Bueno, la hija de puta movía las tetas igual. O sea, era zar-pa-do men. Los 50 mangos mejor gastados te digo.
Job: “El entonces dijo: Ve. Y dejóla por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.” – Jueces 11:38
Anaxágoras: ¿Qué virginidad, cabeza? La piba tenía más empujones que molinete de subte.
Job: “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días”. – Apocalipsis 12:6
Anaxágoras: ¿Seguís con esa mierda? ¿No habíamos hablado ya? Terminala con la Biblia de una buena puta vez, me tenés las bolas por el piso. Ya bastante tenía que tolerar a los otros boludos en el monasterio.
Job: “Como dice el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad: así que mi mano no será contra ti”. – Samuel 24:13
Anaxágoras: A vos lo que te hace falta es una buena puta.

Y así Anaxágoras comenzó a buscar una buena puta para Job. Para eso atravesaron el Pase de la Muerte y se dirigieron al Valle de los Dragones, donde, según cuenta la leyenda, se encuentra la entrada a un harén de infinitas habitaciones. Cada recámara está ocupada por una prostituta más que en la anterior y una menos que en la próxima. El viajero que decida entrar al harén debe escoger con cuidado la habitación de la que dispondrá ya que deberá pasar allí un día entero favoreciendo a cada concubina, una por una, y no podrá salir hasta satisfacerlas a todas. Luego de terminar, jamás podrá regresar al harén. Hasta la fecha hay gente que discute si el harén es el cielo o el infierno.

Tres días y dos noches más tarde los aventureros llegaron a la puerta de la entrada, tallada en una ladera del valle. Antes de que pudieran dar un solo golpe a la puerta, un súcubo se materializó frente a ellos.



Opción A: correr. Opción B: tocarse


Anaxágoras: ¡A la re mierda!
Job: “¡Salvame Jebús!” – Mateo 8:14
Anaxágoras: Nena, pasame YA tu MSN.
Súcubo: ¡Silencio mortal! Soy una de las innumerables siervas del omnipotente Malruk.
Anaxágoras: Debe ser potente en serio ese tal Malruk. Para atender a un ejercito de yeguas como vos… (codeándose con Job) Por Dió, ¿viste el tuje de esta perra…?
Job: “En aquel día Jehová visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre leviathán, serpiente rolliza, y sobre leviathán serpiente retuerta; y matará al dragón que está en la mar”. – Isaias 27:1
Anaxágoras: Vos estás quemado.

El súcubo les informó que la única manera en que Job podría curarse sería mediante el sacrificio ritual de un hombre santo. De ser posible, uno que vista de amarillo. Anaxágoras inmediatamente sugirió no era taaaaaaan necesario que Job se cure y preguntó al demonio si, ya que estaban ahí, no tenía alguna changuita para ellos.

Súcubo: Viajad a los confines del mundo. Recorred las salvajes tierras de los Orcos en Elmore. Explorad las olvidadas minas de los Enanos. Tocad el laúd con los Elfos de Luz e invitad a salir a una Elfa Oscura. Una vez hayáis cumplido con todas estas tareas, volved a este mismo lugar con pruebas de sus hazañas. Os daré una generosa recompensa por vuestras acciones.
Anaxágoras: ¿Por qué hablás en gallego?
Sucubo: No se.

Los viajeros reemprendieron el viaje. En el durante, Anaxágoras se tomó el trabajo de enseñarle al inexperto Job sobre la naturaleza de las mujeres.
Decidieron repartir las tareas para maximizar la eficiencia reduciendo a la vez la inversión, obteniendo así una mayor utilidad (el padre de Anaxágoras era economista). Job viajaría a las tierras élficas. De lo Elfos de Luz aprendería su poesía, música y elocuencia, con suerte logrando dejar atrás ese horrible hábito de solo abrir la boca para hacer citas bíblicas. Con los Elfos Oscuros aprendería a tener el más desenfrenado y promiscuo sexo grupal fetichista del cuero negro.
Anaxágoras, por su parte, iría a las tierras de los Orcos y luego a las de los Enanos. Pasaría de un clima tropical a uno ártico en cuestión de días y eso lo consternaba mucho porque carecía de sus píldoras efervescentes de vitamina C.

Diario de Anax:

Dia 3: La tierra de los Orcos es una mierda, sepanlo. La única diferencia entre venir aquí y sumergirse hasta el cuello en una fosa séptica es que en lo segundo quizás puedas divertirte un poco. Hoy un grupo de esos mugrientos reptiles humanoides me vino a apretar. Miren esta screenshot.

Día 5: Sigo varado aquí y ya no encuentro nada que beber. Hoy un monje Orco se enojó conmigo porque bebí su agua bendita. Luego me enteré de que esa agua había sido bendecida con sangre de un Dragón Rojo. Luego me enteré que el Dragón tenía SIDA. Creo que la cagué. Y yo sin mi vitamina C…

Día 8: Estos tres orcos siguen molestándome. Todo el día atrás mío los tengo. Ayer eran las 4 AM y siento unos ruiditos en el techo de chapa de mi choza. Salgo para ver que onda y veo a estos hijos de puta tirando cantos rodados. Salí en calsonsillos con la reglamentaria y ahí nomás salieron corriendo. Es tortura psicológica lo suyo. Pa’ mi que quieren que me vaya.

Día 9: Bueno, me pudrí de los feos estos. Le saqué unos yuyos a la corona del rey Orco. Imagino que servirán como prueba de… bueno, de que vine acá e hice algo. También me tomé la libertad de romper una botella de ginebra en la cara de la reina, que dicho sea de paso era un sapo horrendo. Igual le di masita, antes y después del botellazo.

Día 14: Llegué a la tierra de los Enanos y hace un frío de cagarse. Tuve que capturar al dueño de una casa de abrigos y despellejarlo vivo para hacerme un tapado con su piel y protegerme del frío. Él insistía en que tome alguno de sus numerosos abrigos pero yo jamás uso pieles animales porque es una crueldad para los pobres bichos. Ahora tengo que encontrar un mapa para llegar a la mina de cabrón.

Día 15: Jaja, ayer dije cabrón en vez de carbón. Que boludo jaja.

Día 16: Todo en este lugar tiene un aspecto hentai chibi kawaii. Eso pasa cuando le piden a los chinos que hagan un juego. ¡Es mucha la tentación! Estoy viendo mi reloj y dice que faltan 15 para iniciar una matanza. Mejor que encuentre rápido un mapa antes que se desate la hecatombe.

Día 17: Estaba saliendo para la mina de carbón cuando me cruzo con esta pibita. Me siento a su lado para verle el tuje tranqui y al toque se agacha diciendo algo como “aia, se me cayó-” y ahí nomás dejé de oír. Me salió el lobisón de adentro y cuando me quiero acordar estoy en el calabozo y soy sospechoso de violación de un menor seguido de homicidio. Este lugar es la joda.

Día 21: Sigo en el calabozo.

Día 33: ¡Libertad bajo palabra! Y el collarín electrónico me sirve de prueba para el súcubo. Todo salió bien a fin de cuentas. Me vuelvo a Elwyn. End of log.

Triste fue la sorpresa para Anaxágoras cuando al volver a la ciudad se encontró a un grupo de Elfos Oscuros repartiéndose las pertenencias y algunas partes del cuerpo de Job. Sin desperdiciar un segundo, Anaxágoras, con toda la furia, fue corriendo a ver al súcubo. Ni se le cruzó por la cabeza vengar la muerte de su amigo; imaginó que estaba vivo en algún lado.
De vuelta en Dragon Valley buscó la puerta del Harén Infinito. Se acercó a golpear, confiado que otra vez aparecería el súcubo. No fue así, pues frente a sus pies se dibujó un circulo de luz y del suelo emergió un enorme Dragón nivel 42.
Fue una batalla épica como no se había visto jamás, pero Anaxágoras se alzó victorioso y logró robarle al grupo de girl scouts el dinero necesario para pagarle al Cazador de Dragones. Una vez terminada la transacción, el hombre le dio muerte al batracio y se fue por donde vino.
En un arranque de depresión súbita, Anaxágoras se lamentó por su destino. Una lágrima acarició su mejilla y cayó sobre el cadáver del Dragón. Y entonces el milagro se produjo. De las fauces de la sierpe salió una pequeña hada, y Anaxágoras no la mató. Agradecida, la pequeña criatura le dijo que, como había pasado por muchos peligros, el joven merecía una recompensa. Le dio entonces una quena mágica y procedió a retirarse.

Anaxágoras: ¿Y que hago con esta cosa? Y no respondas lo obvio porque te fulminó de un zapatillazo.
Hadita: Ya verás. Tú sopla la quena… Sopla la quena hombre santo… Sóplala como no la has soplado nunca.
Anaxágoras: ¡La puta que te parió!
Hadita: Bueno, quizás pueda concederte un deseo; no me costaría nada… Entiendo que te han excomulgado de la Iglesia… Quizás podrías redimirte de alguna manera. Vamos, pide un deseo, lo que quieras.
(Polvo luminoso caía de las alas de la pequeña hada mientras orbitaba alrededor de la cabeza de Anaxágoras. El muchacho pensó en Job, quien había dado su vida por él)
Anaxágoras: Quiero ser alguien importante.
Hadita: No se diga más. Clérigo caído, a partir de hoy te otorgo el titulo de Profeta.
Anaxágoras: ¿Profeta Anaxágoras? Suena bien… ¿Cambian en algo mis habilidades?
Hadita: No.
Anaxágoras: ¿Tenés algo de plata?
Hadita: No tengo un cobre, y si me disculpas, se me va el 130.
Anaxágoras: Bueno, vete ya. Adiós minúscula… cosa… voladora…

El hada se desvaneció en una nube de colores brillantes y Anaxágoras se encontró solo una vez más. Miró a la quena con curiosidad y algo de cariño.
— Sopla la quena… Bah, ¿qué podría suceder?
Tomó aliento e hizo sonar el instrumento. Segundos más tarde aparecía ante él un pequeño Dragón bebé.
— Ayyyyyyyy pero es la cosita más tierna que vi en mi vida. Miralo. ¡Miralo!
Bautizó al cachorro con el nombre de Little Wing y juntos recorrieron el mundo, aniquilaron millares de seres vivos y dieron inicio a un reinado de terror y oscuridad, pero esa es otra historia.

Para terminar el update con un toque de color, he aquí uno de los muchos momentos Kodak que capturé durante mi estadía en LIA. En la screenshot el compañero Belsebú nos cuenta acerca de sus aventuras intoxicantes en el día de San Patricio.
Ahora sí, ¡fuera de mi propiedad vagos!

25 de abril de 2005

Sueños

[Nota: este update es un pequeño y absolutamente imperfecto homenaje a Alejandro Dolina. Traté de escribir una monografía usando su estilo de narración y tomando prestados un par de nombres. Si remotamente llega a gustarles, les recomiendo lean Crónicas del Ángel Gris, El Libro del Fantasma o Bar del Infierno. Son simplemente excelentes.]
La realidad es única e inexorable. Las verdades son muchas; cada persona suele tener la suya. Pero la realidad es la misma para todos. Nos envuelve y domina en nuestras horas de diurna vigilia. Solo durante el sueño nos alejamos de su tiranía y podemos ser quienes realmente somos.
En el barrio de Flores vivía una persona que decía conocer los métodos secretos para liberar el alma a través los sueños. Se llamaba Horacio Abreu y tenía su consultorio en la calle Santander.
Mediante un comercial radial de jingle pegajoso Abreu prometía a la gente vivir emocionantes aventuras y desmedidos romances sin moverse del lecho.

“Sea el dueño de su sueño, hoy. El consultorio del Doctor Abreu atiende sus necesidades oníricas”.


Empujada por la curiosidad, mucha gente se dirigió al consultorio. Poco después de la publicación del comercial Abreu ya contaba con un heterogéneo grupo de personas bajo su tutela.
Todos los archivos que detallaban los procedimientos de Abreu fueron destruidos, tal vez por el tiempo. Tan solo quedan los relatos —dudosos, cuando menos— de vecinos y parientes de las personas que frecuentaban el consultorio.
Se dice que a través de una serie de extraños ejercicios Abreu lograba hacer que sus pacientes tuvieran determinados sueños. En una ocasión les ordenó comer lechuga, apio y espinaca durante un mes. También les pidió beber únicamente agua y vestirse exclusivamente con ropa color verde. Llegada determinada noche, hizo pasar al grupo a un terreno baldío en el fondo, donde estaban dispuestas dos docenas de camas. Los invitó a acostarse y dormir. Esa noche todos soñaron que eran árboles. Algunos eran cipreses o paraísos. Un par eran pinos siendo talados. Una mujer que era un manzanero inspiró a Sir Isaac Newton a inventar la gravedad. Uno del grupo que resultó ser abogado soñó que era el Árbol del Conocimiento. No dijo nada al respecto.
Con el pasar de los meses y confiado en su creciente reputación Abreu se animó a sueños más complejos. Un 2 de Diciembre mandó traer enormes cantidades de arena al consultorio. La desparramó equitativamente por el suelo alfombrado. Luego instaló una serie de tiendas de campaña de artificial improvisación y para culminar su obra hizo pintar un fresco de la Cúpula de la Roca en la pared que daba al Este. Durante ese tiempo había ordenado a sus pacientes que aprendan el evangelio y estudien historia medieval. Llegada la noche ni siquiera tuvo que explicarles nada; todos soñaron que eran cruzados a las ordenes del Papa Urbano II, peleando la guerra santa contra los sarracenos.
El poeta Jorge Allen se presentó un día ante la puerta de Abreu. Si fue atraído por la eventualidad de una repentina inspiración onírica o por la posibilidad de acostarse con alguna de las muchas señoritas que dormían en el consultorio quedó fuera de cuestión inmediatamente:
— Buenas tardes —dijo Allen—, vengo por lo de la orgía.
Los métodos de Abreu resultaron demasiado extraños incluso para Allen, quien no dudó en salir rajando ni bien vio la serie de anillos tallados en el suelo y los enanos disfrazados de diablos durante la inducción al sueño “de paseo por los nueve infiernos de Dante”.
A medida que pasaba el tiempo Abreu se volvía más y más meticuloso con los sueños. Llegó a afirmar que como la realidad condicionaba el curso que siguen los sueños, cuanto menor sea nuestro contacto con ella, más libres seremos en nuestras incursiones subconscientes. Invitó a sus pacientes más fieles a hospedarse indefinidamente en su consultorio, abandonando todo contacto con las personas y eventos del mundo exterior. Forjada esta nueva realidad, los pacientes comenzaron a soñar con ellos mismos. Lo que es más, sus sueños se volvieron otra realidad. Las ofensas que el señor Abaloni le propinaba al ingeniero Alvarez durante el sueño, este se las retribuía en la vigilia. Las insinuaciones que el joven Rubén Acuña recibía de la hermosa Ángela Onelli mientras dormía morían en la indiferencia al despertar, ya que la muchacha soñaba que quería a otro.
Los pacientes ya no distinguían lo real de lo ficticio y no sabían a quien querer y a quien odiar. Así pasaron los días y las noches, hasta que un 8 de Octubre vino la policía a clausurar todo.
Abreu siguió pregonando sus ideas cada vez que podía. En sus últimos años ya todos lo daban por loco y muy pocos se detenían a oír lo que tenía para decir.
Una vez me encontraba sentado en una de las mesas del bar La Subasta, con la pluma en la mano y la mente vacía de ideas. Un deteriorado Doctor Abreu salió de la nada y se sentó en mi mesa.
— ¿No detesta esa sensación? Perder la inspiración es igual que despertarse de un sueño. Algún esbirro de la realidad tangible nos arranca de ese hermoso trance. Nos deja desnudos, a merced de un viaje a la oficina, un programa de televisión o la factura de la luz. Sepa que una vez que nos despiertan ya no podemos volar. Ya no servimos.
Lo miré perplejo. Era evidente que se había vuelto loco.
Se levantó y se fue. Inmediatamente me puse a escribir.